Sanlúcar la Mayor, Pasado ,Presente y Futuro.

Sanlúcar la Mayor, Pasado ,Presente y Futuro.
Desde que tus campos fueron fructíferos,las palomas anidaran en tus campanarios,la grieta de tu cárcava defensora de tu fortaleza amurallada,tesoros escondidos en tus silenciosas calles de tierra y blancas paredes, tu llamada al corazón de los hombres desde el alminar de tu mezquita, el repicar de tus campanas gloriosas de fiesta,los caminos y veredas de tus campos alpechinera,tus manantiales de aguas cristalina,tu Guadiamar caudaloso de aguas tranquilas. De todos los pueblos del Aljarafe ninguno puede compararse contigo,por tu historia, tu rango y tu prestigio.
.La Sanlúcar eterna,aquella que guarda en la noche la luz de las estrellas y el lucero de la mañana,la luz de su cielo celeste derrama sobre sus tranquilas calles el sosiego de sus moradores,paseantes de calles adoquinadas transcurren con pasos lentos recibiendo el frescor de sus aires con aromas de azahar de una semana que se acerca y otra que se va.La Sanlúcar eterna en la que en tantos corazones albergas y siempre estarás.. Sanlúcar la Mayor es una localidad sevillana perteneciente a la comarca de El Aljarafe y, en concreto, en el Aljarafe alto o Norte. Está situada a unos 18 km al oeste de Sevilla capital. El pueblo está situado a 148 metros sobre el nivel del mar.Es cabeza de partido judicial y centro neurálgico del alto Aljarafe.Su origen histórico se remonta a tiempos del Neolítico en la que se habitaron estas tierras.

miércoles, 12 de agosto de 2020

NUESTROS JUGUETES Y JUEGOS Parte (3)

 

 RECUERDOS DE ALGUNOS DE NUESTROS JUGUETES Y JUEGOS (3)
 
De todos los Kioscos que hemos tenidos en Sanlúcar el que más nos atraía a los niños y mayores fue el de Encarna "la Borrega" y su hermana,comenzó junto a la biblioteca y después se mudaron debajo del reloj,junto a la parada del autobús  de la empresa Jimenez;en este lugar permaneció hasta parte de los años 90s,aunque en su casa en la calle Real,tenía una ventana y su hermana nos vendía las chucherías a los niños.
 
 El Kiosco además de las chucherías,vendía toda la prensa,loterías,... y en verano los helados.Deseándolo estábamos los chavales, bajarnos del bus de “El Piedra” para comprar algo, a ser posible un juguete. Por ejemplo, un mini proyector de plástico, pues resulta que frente al kiosco, en la otra acera, donde hoy se ubica la biblioteca pública, se encontraba las pescaderías de la plaza de abastos, y junto a la puerta de las dos o tres tiendas pescaderas, se exponía la cartelera de películas que echaban en ese fin de semana en el Cine Cataluña.
 
 
 
 
 
Pero existían otros juguetes de plástico, que también se compraban en el kiosco.Otro capítulo eran los indios y pistoleros de plástico, que acompañaban al juego una vez vistas las series televisivas de aquel momento (1965), como El Virginiano, con el célebre Trampas, o Bonanza. ¿Quién no recuerda aún la sintonía?.
Un apartado era nuestras “armas de fuego”, las estrellas de sherif o el correaje. ¡Quién no ha disparado con pistola de fulminante?.Y, por supuesto, los “ciquitraques”, que los había hasta de piedra para tirarlos contra la calle, que por aquel entonces aún eran muchos de cantos rodados. Sin embargo, lo que más recuerdo de los kioscos, era comprar alguna que otra careta, de indio, de pistolero, de zulú o de demonio, pues con ella se nos disparaba la imaginación.
 
Pero existía otra manera de hacer explosiones, con pastillas de clorato potásico, que las vendían en la farmacia para las llagas bucales y un poco de azufre. Se le ponía una piedra plana encima y con el pie dábamos un zapatazo al conjunto y se conseguía ruido de petardo.
 
 Todos/as tenemos recuerdos de estos juguetes que compramos en el Kiosco de Encarna "la Borrega".En aquellos años con estos juguetes los niños creamos pandilla de barrios,donde luchábamos un barrio contra otros,yo recuerdo cómo mi barrio de las casas baratas se unió al barrio de los Alamillos y Zambullon para crear un frente común contra otros barrios fuera de nuestras frontera, que era la carretera.
 
Desde lo que hoy es el Mercadona hasta el hostal la Alegría,era todo huerta,la maleza y los árboles cubrían toda esta zona junto a una cuneta a lo largo de la carretera, este lugar era tan frondoso que hacíamos cabañas y no ser vistos;  nuestra cabaña era tan grande que cabemos hasta quince niños.El capitán de la pandilla era Eustaquio Guirao ( El Herrero)que tenía dos años más que nosotros,nuestro tesoro consistía en una lata grande llena de pipas de melón secas, y otra lata llena de alquitrán para hacer las bolas de las flechas.
 
 
En el colegio del grupo, durante el recreo,retamos a los otros niños de los barrios fuera de nuestra frontera,los de San Pedro,el barrio Indillo y los de la corredera.Establecemos un lugar de batalla, en esta ocasión luchamos en la corredera junto a la fuente antigua.Toda una batalla campal que entre los dos bandos seriamos unos cincuentas,armados de flechas con las puntas de bolas de alquitrán y machetes de maderas y plástico,muchos salimos heridos de las caídas y los bolazos de las flechas,luego llegábamos a casa y recibimos otra paliza por llegar sucio y con los pantalones cortos rotos y heridas por todo el cuerpo. 

Entre batallas y batallas,también jugamos en nuestros patio a Indios y Vaqueros con nuestros personajes de plásticos,donde creamos grandes batallas en los fuertes del viejo oeste,en aquellos días los niños no dormimos siesta y nos íbamos a casa del besino a dar la lata,bueno esto es lo que decían las madres,pero nosotros nos lo pasábamos pero que muy bien.por supuesto que nuestras hermanas también encontraban su tiempo en las siestas para jugar con sus muñecas,en muchas ocasiones nosotros éramos sus bebés.

Pero no quiero terminar este somero recorrido por los juguetes de nuestra infancia, con mencionar el “carricoche”, un artilugio de madera y tres cojinetes, que nos hacía sentir ases de la velocidad, pues nos lanzábamos calles abajo. Eran los patinetes de entonces, una vida más fácil que la de ahora, pues, si nos caemos, el percance más gordo eran las “heridas de guerra” en las rodillas. ¿Lo recordamos?.
 Un reportaje de Antonio Herrera y Ricardo Martínez.
Recuerdos de nuestra niñez.

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