Antonio Herrera Ortiz,En busca del Hermano Cirilo.Parte ( 5 )
(fotos del H.Cirilo (ABC 4-XI-1975)
Fundación Concepción Rodríguez Solís
Su fundación es debida a Doña Concepción Rodríguez Solís. Nace en Sanlúcar la Mayor el 5 de enero de 1892 siendo sus padres D. José Tomás Rodríguez, médico cirujano y Doña María del Carmen Solís, naturales de Sanlúcar la Mayor. Contrae matrimonio a la edad de 27 años en Sanlúcar la Mayor con D. Pedro Aguilar Morales, abogado de 29 años, natural de Sevilla, el día 18 de junio de 1920. Doña Concepción Rodríguez Solís falleció el 26 de mayo de 1944 a la edad de 52 años.Según su testamento, dejaba todos sus bienes para la fundación de escuelas para los niños pobres de Sanlucar, de las que debía encargarse una institución religiosa con el fin de elevar el nivel religioso y cultural de su pueblo.
HISTORIA DEL COLEGIO SANTA MARÍA LA MAYOR DE SANLÚCAR LA MAYOR
El 26 de agosto de 1946 el Ministerio de Educación y Ciencia autoriza la “Fundación Concepción Rodríguez Solís” clasificándose como benéfico-docente y que tiene por objeto el sostenimiento en Sanlúcar la Mayor de un centro de enseñanza para niños y adultos varones que carecen de capital y sean naturales de dicha localidad o vivan en la misma así como el costear una beca en el Seminario Diocesano para un escolar pobre que los patronos designarán y si no lo hubiere por cualquier circunstancia y quedase la beca vacante, aplicar su importe a los demás fines de la Fundación.( ENLACE )
Un viaje a la playa con el H.Cirilo
En el mes de junio de 1966, al finalizar el curso, el H.Cirilo preparó un viaje en autobús a la playa de Matalascañas. De él recuerdo varias cosas que me gustaría compartir. En primer lugar que eran otros tiempos, que no era fácil viajar en autobús sin aire acondicionado y muy incómodos. Y, en segundo lugar, el amor por las excursiones o viajes del H.Cirilo, y esta vez con transmisión de un poco de historia.
Hubo en aquel viaje varias cosas que me impactaron: El pasar por la Cuesta de las Doblas, en donde no hacía ni cinco años que había caído un camión, muriendo una docena de personas, pues iban alojadas en el remolque, camino de la ermita rociera.Pasamos por la ermita de la Virgen del Rocío y rezamos una Salve delante de la Virgen, visitando el lugar. En la antigua ermita, recuerdo que toda una pared, tal vez toda la ermita, estaban repletas de exvotos.
Matalascañas estaba virgen, sin ninguna construcción de hormigón que la desolada, por lo que sobresalía el “tapon” de Matalascañas = Torre de la Higuera, resto de una de las 12 torres vigías o torres almenaras del litoral onubense.Hay que indicar que la denominación “La Higuerita”, no corresponde, pues es la denominación que se hacía a Isla Cristina, no a Mazagón, Almonte o Matalascañas.Aunque la piratería había surgido en la región de Huelva a partir de la decadencia del imperio romano, las invasiones bárbaras se volvieron particularmente peligrosa en el siglo XIV debido al decaimiento del poder naval europeo en relación al de los islámicos, sobre todo los otomanos.
Tras la conquista de Granada a finales del siglo XV y a comienzos del XVI, muchos musulmanes emigraron a las ciudades costeras del norte de África. Los piratas, junto con las tribus árabes y berberiscas, montaron expediciones llamadas ‘razzias’ para romper con la soberanía cristiana. Bajo el poder de los otomanos del siglo XVI, que organizaron a los corsarios, los piratas berberiscos se convirtieron en los más poderosos delincuentes del siglo XVII hasta la conquista de Argel en 1830 por los franceses.Por todo ello, durante el reinado de Felipe II, se decidió la construcción de las denominadas Torres Almenaras, aunque realmente se ejecutaron la mayoría de ellos durante el mandato de Felipe IV, finalizándose en 1638. Estas torres debían su nombre a que el vocablo árabe “almenara” designa a toda torre donde se enciende un fuego con el fin de alertar de algo.
Pues bien. El H. Cirilo nos explicó un poco la razón de esa torre defensiva y de observación, así como el fuego que en ella estaba encendido perennemente, para producir humo con leña verde durante el día, o candela con leña seca de noche y así avisar del ataque sarraceno. Y ese fuego, según el H.Cirilo se llamaba ÁNGARO.CONTINUARÁ.
Antonio Herrera Ortiz,En busca del Hermano Cirilo.
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